jueves, 4 de octubre de 2012

MILPA ALTA  

Agrícola,  festiva, gastronomía, Milpa alta integra armónicamente el cultivo de la tierra y el vértigo de la cultura urbana. Sus niveles de organización social probados a lo largo del tiempo la han convertido en una zona donde la vida de campo y la ciudad, mas que fronteras y limites, han  alcanzado luminosos puntos de contacto.
Sus habitantes viven en el tiempo absoluto de la permanencia, y nada es excluyente: donde aun se escucha hablar nahuatl, la ancestral lengua de nuestros antepasados y sustentos de la cultura mexica; se siembra y cosecha el emblemático nopal por el que se conoce  a México en el mundo, así como se elabora el mole, platillo nacional que se festeja desde hace treinta años, como en ninguna otra parte, ene el pueblo de San Pedro Atocpan.

Por las tierras escarpadas de esta demarcación se encuentran esparcidos mas de una docena de poblados. Ademas de Villa Milpa Alta, San Pablo Oztotepec, San Pedro Atocpan, San Lorenzo Tlacoyucan, San Juan Tepenahuac, San antonio Tecomitl, San Jeronimo Miacatlan, San Agustin Ohtenco, San francisco Tecoxpa, Santa Ana Tlacotenco, San Salvador Cuahtenco, San Bartolome Xicomulco, San Juan Tepenahuac y San Lorenzo Tlacoyucan.

En cada uno de estos pueblos originarios (a lo que la conquista superpuso el nombre de un santo), pervive la memoria de su ancestro, que se prolongan hasta nuestro días. Prueba de ello es la proliferación imperturbable de festividades religiosas, tradiciones y actividades que reinician una y otra vez en un ciclo que refleja la vida agrícola consagrada a esta tierra situada al sur de la cuenca de México y rodeada de volcanes: el Tlaloc, el Cuauhtzin y el pequeño Teutli.   



Ademas, en Villa Milpa Alta, cabecera delegacional, aun se escucha el medolico acento del náhuatl de los antiguos "nahutlatos". En esta demarcación hay ocho capilla de siete barrios proveniente de los "calpullis" de la antigua Malachatepec Momozco o Malacatetipac, ademas de la capilla de Guadalupana y el es convento franciscano, que construyen su Centro Histórico.

El paisaje de Villa Milpa Alta y San Lorenzo Tlocoyucan se caracterizan por sus tonalidades de verde. Ello se debe a que cada año se producen entre 80 y 90 toneladas de nopal. Esta cactácea, ademas de embellecer el entorno, es el eje de las actividades comerciales fundamentales de lo habitantes.

En Milpa Alta todo esta impregnado de memoria. Así, por ejemplo el mural Nahui-Ollin de 541 metros cuadrado de la escuela secundaria "Teutli" es un cosmo pictórico que narra la historia del sureste del Distrito Federal. Ahí se pueden observar  los vestigios de la portentosa hacienda de Santa Fe que detuvieron el tiempo, asi como la docena de temascales, aun activos, de San Pablo Oztotepec. 

Y en el poblado de San Antonio Tecomitl, que significa "olla de piedra", se encuentra Tecontitla, paraje hay una oqueda natural conocida como "La olla de piedra" formada durante la ultima erupción del volcán teutli. En San Bartolome Xicomulco también hay restos prehispánicos: "lo tecales" o restos de paredones elaborado con el cal y canto que se localizan en el paraje de Tlapechcaltitla.

Desde tiempos inmemorables, la naturaleza ha provisto a los lugareños de todo: el circulo perfecto de un cráter es la cache del cerro de San Miguel en Santa Ana Tlacotenco, donde los jóvenes suelen jugar fútbol.

Cada partido revive de alguna manera el ancestral juego de la pelota del cual queda la huella en un aro de piedras en San Francisco Tecoxpa, que quiere decir "sobre piedras amarillas".

La oralidad es parte vital de Milpa Alta. En San Juan Bautista Tepenahuac, que significa "cerca del cerro", subsiste la leyenda de que hay cuatro coyotes enterrados bajo el altar de la iglesia, y que están ahí para controlar la explotación demográfica.


Ex convento de San Antonio Tecomitl 



Los milpaltenses se caracterizan por su devoción religiosa y por su defensa irrestrictiva de la tierra. Un caso notable que registra la historia moderna es el de Pánfilo Cabello, conocido como El general ayate, originario de San Jerónimo Miacatlan. Durante la Revolución, este campesino se batió con heroísmo en las filas del ejercito zapatista, lo que mereció su grado militar. Así mismo San Pablo Oztotepec recuerda al antiguo cuartel zapatista-ahora convertido en museo- que en 1991 bajo la dirección de Antonio Beltran Cortes, oriundo del pueblo Ayotzingo, salio al frente de un grupo rumbo al estado de Moleros donde se unió a las fuerzas del general Emiliano Zapata.


En total, cada año se celebran en Milpa alta 720 Fiestas paganas y religiosas. Este dato muestra claramente el palpitar de los habitantes de esta demarcación, quienes viven prácticamente inmersos en la temporalidad eterna de lo sagrado. Por ello son notables las construcciones religiosas, sobre todo franciscanas, que datan del siglo XVI. Hay un convento con capilla abierta en Tecomitl, mientras que en San Jerónimo Miacatlan construyo su iglesia en 1713.

En San Pablo Oztotepec, donde en la parte alta se encuentra la Capilla de Chalmita, también tiene su parroquia con capilla abierta.

 Parroquia de San Pablo Oztotepec

Iglesia de Chalmita de San Pablo Oztotepec.

San Pedro Atocpan cuenta con la Capilla Yencuitlalpan, en tanto que Santa Ana Tlacotenco y San Francisco Tecoxpan posee, cada uno, su templo franciscano. En San Salvador Cuauhtenco, que significa "en la orilla del bosque", su templo ostenta en la fachada elementos prehispánicos: ocho figuras en forma de "cocolitos" y dos espigas de caña. Pero el caso por demás interesante es el de San Lorenzo Tlacoyucan: la historia oral narra que donde ahora se levanta una capailla a la santísima trinidad se encuentran la tumba del ultimo "tlatoani momoxca", llamado Huellitlahuilli.

Templo de Santa Ana Tlacotenco
Templo de San Salvador Cuauhtenco.
Eso explica que los 12 pueblos de Milpa Alta pueden organizar las fiestas comunale tipicas con la modalidad de la mayordomías. Esta forma comunal data del México colonial: el mayordomo era designado por el pueblo para administrar lo recursos y realizar las celebraciones religiosas. Asi, sus habitante están ligados estrechamente a lo quehaceres cotidianos debido a las fiestas, al trabajo agricola, y a los lazos familiares y de responsabilidad.


Una de las fiestas que congrega a lugareños y visitantes de otra demarcaciones es la famosa FERIA DEL MOLE de SAN PEDRO ATOCPAN en honor al señor de la Misericordias, centinela del santuario. Instituida en 1997, se realiza en la plaza de San Martín,  pero si crecimiento y éxito la trasladaron a orillas del poblado, a un costado del kilómetro 18.5 de la carretera Xochimilco-Oaxtepec.

Feria del mole hace muchos años.

Otra festividad mas es la feria de faroles y globos de cantolla en los días de muertos, en San Agustin Ohtenco. Ahí, lo poblados hacen gala de sus talentos artesanales con sus faroles de chilacayote, los globos de frágil y colorido "papel de china" para elaborar enorme figuras de hasta 25 metro, hechas con mas de mil pliego que suben y e pierden es las alturas. El día de muertos es aquí el repique de campanas  quema de cohetes, voces que oran y quema de copal que simboliza la conexión entre el cielo y la tierra. durante la festividad se limpian las tumbas, y el paisaje funeral se alegra en ofrendas de altares dispuestos con vela y faroles.

En San Salvador Cuauhtenco se realiza la fiesta patronal del 6 de agosto al divino salvador y la del día de la candelaria, el día 2 de febrero, aunque últimamente han cobrado fuerza la feria de la barbacoa y el concurso d la pera. Pero sobre todo hay una interesante celebración de la introducción del agua potable a la comunidad realizada en 1934. En la celebración se incluyen carreras de atletismo de montaña, adornos y concursos de hidratante, así como un desfile de alumnos.